PLAN NACIONAL DE EDUCACIÓN


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LA IMPORTANCIA DE LA PRIMERA INFANCIA


LA IMPORTANCIA DE LA PRIMERA INFANCIA -

jueves, 4 de octubre de 2012

LO QUE IMPLICA SER DIRECTOR O RECTOR EN UNA INSTITUCIÓN EDUCATIVA




         LO QUE IMPLICA SER DIRECTOR O RECTOR EN UNA INSTITUCIÓN EDUCATIVA

El rector es la cabeza visible de la institución educativa, debe asumir el reto de lograr, bajo su dirección, una estructura  que asegure su participación constante en lo académico, técnico y administrativo;  es actor clave de los cambios y transformaciones de las instituciones educativas; sus cualidades personales, su formación y experiencia profesional, sus saberes, desempeñan un papel decisivo en la dinámica institucional y en el logro de la finalidad educativa: la formación integral del ser humano.
Su  gestión incide en el clima organizacional, en las formas de liderazgo y conducción institucional, en el aprovechamiento óptimo de los recursos humanos y del tiempo, en la planificación de tareas, la distribución del trabajo y su productividad, la eficiencia de la administración, el rendimiento de los recursos materiales y la calidad de los procesos educacionales y la presencia diaria y constante del docente; consolidar una cultura escolar de  calidad  humana y profesional, promover   la participación de la comunidad educativa en la formulación, ejecución y seguimiento de los planes de acción y las metas de cobertura.
El rol del rector ha sufrido grandes transformaciones  a través del tiempo y su proceso de modernización corresponde a las necesidades de una época, a la exigencia de las nuevas reformas educativas y a un perfil administrativo, producto de la globalización.
Entre la década de los 70 y 80  hubo una segregación técnica conceptual de llamar a quien administra  una escuela “Director” y a quien dirigía un colegio  “Rector”. En la década de los 90 vino la modernización del aparato educativo a la economía contemporánea de la globalización y se introdujeron términos  de la administración de  la educación como: gestión, estándar, competencia, eficiencia, certificación,  presupuesto y planeación entre otros. El rector de hoy es un gestor del conocimiento, capaz de involucrarse con el universo de la educación  en sus componentes curriculares directivo, administrativo, pedagógico y de comunidad.
 En ese sentido la gestión que lidera un rector concibe un nuevo paradigma: la administración de una institución educativa como una función pública cuyo compromiso social implementa acciones  tendientes a la formación constante, a la capacitación y actualización  de los ciudadanos desde la perspectiva de la función social pedagógica pero con el rigor de la administración: evaluable, eficiente y transformadora.
El MEN busca  robustecer la capacidad de gestión de los establecimientos educativos  estatales, las instituciones de educación superior y la del ministerio de educación nacional, con el fin de mejorar de  forma  continua la aplicación y seguimiento de los recursos humanos, físicos y financieros para poder garantizar la prestación del servicio educativo en condiciones de calidad, oportunidad y eficiencia. Ser rector  trae consigo implicaciones pedagógicas y administrativas diversas.
En lo académico el rector es la autoridad en los procesos de formación, es decir ser pedagogo para poder así identificar que teoría epistemológica acompaña las relaciones pedagógicas, establecer los parámetros para el manejo de la diversidad y la población vulnerable, garantizar que los estamentos donde se discute la academia se reúnan  y dejen los protocolos de análisis y garantizar que los miembros desarrollen los compromisos del PEI (proyecto educativo institucional)
En lo administrativo es más complejo. El rector debe ser pulcro en la administración de los recursos públicos lo que implica un conocimiento técnico en finanzas. Debe ser líder para armonizar los diferentes estamentos: comunidad, estudiantes, docentes y gobierno; garantizar el funcionamiento de la infraestructura  a pesar de la inversión, exigiendo una capacidad de gestión y relación con la empresa privada.
El cargo de rector  no puede ser burocrático ni alejado de las necesidades de la  comunidad, no leen en muchas ocasiones la realidad del entorno educativo de ahí que su papel, es servir de intermediario entre la norma gubernamental y los estamentos que  administra.
El nuevo reto  para los rectores del siglo XXI es el de construir una cultura de la administración educativa como parte del sistema crítico en una sociedad que reclama a gritos el rescate de l conocimiento como eje del progreso.

BIBLIOGRAFIA
Vaillant, D. (2005). Formación de docentes en América Latina. Reinventando el modelo tradicional. Barcelona: Octaedro.

Correa de Urrea, Amanda y otros. La Gestión Educativa un nuevo paradigma. Fundación Universitaria Luis Amigó. Medellín Colombia. Sf. 

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