LO QUE IMPLICA SER DIRECTOR O RECTOR EN UNA INSTITUCIÓN EDUCATIVA
El rector es la cabeza visible de la institución educativa, debe asumir el
reto de lograr, bajo su dirección, una estructura que asegure su participación constante en lo
académico, técnico y administrativo; es actor clave de los cambios y
transformaciones de las instituciones educativas; sus cualidades personales, su
formación y experiencia profesional, sus saberes, desempeñan un papel decisivo
en la dinámica institucional y en el logro de la finalidad educativa: la
formación integral del ser humano.
Su gestión incide en el
clima organizacional, en las formas de
liderazgo y conducción institucional, en el aprovechamiento óptimo de los
recursos humanos y del tiempo, en la planificación de tareas, la distribución
del trabajo y su productividad, la eficiencia de la administración, el
rendimiento de los recursos materiales y la calidad de los procesos
educacionales y la presencia diaria y constante del docente; consolidar una
cultura escolar de calidad humana y profesional, promover la
participación de la comunidad educativa en la formulación, ejecución y seguimiento
de los planes de acción y las metas de cobertura.
El rol del rector ha sufrido grandes
transformaciones a través del tiempo y
su proceso de modernización corresponde a las necesidades de una época, a la
exigencia de las nuevas reformas educativas y a un perfil administrativo,
producto de la globalización.
Entre la década de los 70 y 80 hubo una segregación técnica conceptual de
llamar a quien administra una escuela
“Director” y a quien dirigía un colegio
“Rector”. En la década de los 90 vino la modernización del aparato
educativo a la economía contemporánea de la globalización y se introdujeron
términos de la administración de la educación como: gestión, estándar, competencia,
eficiencia, certificación, presupuesto y
planeación entre otros. El rector de hoy es un gestor del conocimiento,
capaz de involucrarse con el universo de la educación en sus componentes curriculares directivo,
administrativo, pedagógico y de comunidad.
En ese sentido la gestión que lidera un rector
concibe un nuevo paradigma: la administración de una institución educativa como
una función pública cuyo compromiso social implementa acciones tendientes a la formación constante, a la
capacitación y actualización de los
ciudadanos desde la perspectiva de la función social pedagógica pero con el
rigor de la administración: evaluable, eficiente y transformadora.
El MEN busca robustecer la capacidad de gestión de los
establecimientos educativos estatales,
las instituciones de educación superior y la del ministerio de educación
nacional, con el fin de mejorar de
forma continua la aplicación y
seguimiento de los recursos humanos, físicos y financieros para poder garantizar
la prestación del servicio educativo en condiciones de calidad, oportunidad y
eficiencia. Ser rector trae consigo
implicaciones pedagógicas y administrativas diversas.
En lo académico el rector es la autoridad
en los procesos de formación, es decir ser pedagogo para poder así identificar
que teoría epistemológica acompaña las relaciones pedagógicas, establecer los
parámetros para el manejo de la diversidad y la población vulnerable,
garantizar que los estamentos donde se discute la academia se reúnan y dejen los protocolos de análisis y
garantizar que los miembros desarrollen los compromisos del PEI (proyecto
educativo institucional)
En lo administrativo es más complejo. El
rector debe ser pulcro en la administración de los recursos públicos lo que
implica un conocimiento técnico en finanzas. Debe ser líder para armonizar los
diferentes estamentos: comunidad, estudiantes, docentes y gobierno; garantizar
el funcionamiento de la infraestructura
a pesar de la inversión, exigiendo una capacidad de gestión y relación
con la empresa privada.
El cargo de rector no puede ser burocrático ni alejado de las
necesidades de la comunidad, no leen en
muchas ocasiones la realidad del entorno educativo de ahí que su papel, es
servir de intermediario entre la norma gubernamental y los estamentos que administra.
El nuevo reto para los rectores del siglo XXI es el de
construir una cultura de la administración educativa como parte del sistema
crítico en una sociedad que reclama a gritos el rescate de l conocimiento como
eje del progreso.
BIBLIOGRAFIA
Vaillant, D. (2005). Formación
de docentes en América Latina. Reinventando el modelo tradicional.
Barcelona: Octaedro.
Correa de Urrea,
Amanda y otros. La Gestión Educativa un
nuevo paradigma. Fundación Universitaria Luis Amigó. Medellín Colombia. Sf.
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